La ‘putachanka’, éxito culinario de Punata


Punata, Cochabamba.

En una evocación a la expresión que arrancan las comidas muy picantes, los punateños bautizaron con el nombre putachanka de conejo, plato fuerte que no pueden dejar de comer propios y extraños cuando visitan el municipio de Punata, en el valle alto de Cochabamba.

En un extremo del pueblo, ubicado a 45 kilómetros de la capital cochabambina, vive Cosme Villarroel Montaño, punateño de corazón y propietario de uno de los restaurantes más visitados del lugar, llamado El Pantanal. A sus 64 años sigue trabajando sin parar y asegura que el plato más requerido de su local es la putachanka.

La curiosidad por el origen del nombre del plato obliga a Cambio a preguntar cómo nace ese singular denominativo, a lo que responde el entrevistado: “La putachanka siempre la cocinaban mis suegros, mis viejitos y mi esposa, y como les pica mucho al que come, siempre terminan diciendo: ‘¡Ay puta, qué picante!’, ¿dónde está el casco?’”.

Esta anecdótica explicación es precedida por argumentos que llenan de orgullo a don Cosme, quien afirma que a pesar de que ahora “la putachanka la preparan en todas partes”, quienes conocen de la sazón verdadera retornan a su local.

Este platillo es preparado con carne de conejo cuis, ahogado amarillo picante, papas, colas de cebollas, habas y arvejas hervidas, arroz blanco, fideo con huevo revuelto.

Don Cosme ofrece además su rica chicha preparada no sólo mediante la fermentación del maíz, sino también de la uva, combinación –que en su criterio– hace de la bebida la más rica del lugar.

Tal es así que, según el propietario de El Pantanal, llega a Punata desde Cochabamba y de manera exclusiva el alcalde Edwin Castellanos, así como el famoso charanguista Alfredo Coca, entre otros.

Pero este punateño no siempre se dedicó al negocio de la gastronomía. Con sólo ocho años de edad apoyó a su madre a mantener la casa vendiendo cajas de fósforos, en su adolescencia fue ayudante de zapatero y posteriormente cuidador de ganado vacuno y porcino en las ferias del pueblo.

En su juventud, don Cosme viajó a Argentina, donde trabajó como ayudante de albañilería y carpintería. Con esfuerzo logró costearse estudios como técnico electromecánico, para trabajar luego en Santa Cruz, en el montaje de turbinas.

Este combativo punateño posteriormente ingresó a trabajar a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en la ampliación de plantas hidrocarburíferas, así como en la planta de cemento de Samuel Doria Medina en Tarija. Cuando se le pregunta qué es lo mejor de Punata, sin dudar afirma que los rosquetes.

FUENTE: PERIODICO "CAMBIO"

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